La acupuntura estética se suma a los tratamientos antiage

Los efectos estéticos de esta especialidad terapéutica que forma parte de la medi­cina tradicional china están revolucionando los tra­tamientos antiage: logra -a través de la aplicación de agujas en puntos clave, por un lapso de tiempo determinado- suavizar líneas de expresión y atenuar manchas, iluminando la cara.

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Esta técnica milenaria es lo último en tratamientos para combatir los signos de envejecimiento y es ideal para las que le escapan al bisturí.

Atenúa arrugas, suaviza manchas y otorga brillo a la piel con resultados visibles desde la primera sesión.

En la eterna lucha contra el enveje­cimiento, los avances tecnológicos siempre tienen las de ganar. El último tratamiento, la más moderna aparato­logía o el reciente descubrimiento científico son armas de batalla que siempre nos aproximan un poco más a la victoria.

Sin embargo, hoy la nove­dad viene de la mano de una técnica milenaria: la acupuntura.

Esta especialidad terapéutica que forma parte de la medi­cina tradicional china se ha desarrollado durante más de 3.000 años, lo­grando beneficios a nivel tanto físico como psico­lógico.

Y hoy su efecto a nivel estético está revolucionando los tra­tamientos antiage: logra -a través de la aplicación de agujas en puntos clave, por un lapso de tiempo determinado- suavizar líneas de expresión y atenuar manchas, ilumi­nando la cara.

Básicamente, la acu­puntura funciona mediante la estimulación del sistema para permitir una mejor circulación y flujo sanguíneo.

Afecta directamente al sistema nervioso autónomo (ramificaciones nerviosas que se distribuyen por todo el cuerpo regulan­do las funciones corporales involuntarias; por ejemplo, cuando dormimos o despertamos, la función digestiva, la tensión nerviosa, las con­tracturas musculares y la frecuencia cardíaca).

Este sistema se divide en simpático y parasim­pático. El simpático es la persona en estado de alerta, mientras que el parasimpático es el individuo en estado de relax.